Me gusta emprender el vuelo por la mañana, nada más despertarme; sacudir y abrir las alas con el viento: ¡jugar! Jugar entre los árboles y las plantas y observar a los animales de la Granja Xuberoa desde el cielo…
La primera vez que volé por el bosque iba siguiendo a mi padre. Danzando con las corrientes de aire, jugábamos a ser pintores que coloreaban el paisaje con nuestras piruetas y acrobacias. Mi padre aprovechaba para contarme la historia de nuestra vida, la importancia de todos los seres vivos y la relación que mantenemos entre todos.
Si volábamos cerca de un árbol me animaba a reconocerlo:
El decía: – hojas como una raspa de pescado, gorditas y verde oscuro…
Y yo respondía: – ¡es un roble!
El decía: – agujas finas y oscuras como un erizo…
Y yo contestaba: – ¡es un pino!
Si veíamos algún animal me susurraba la misma melodía…
¡La granja por aquel entonces albergaba una piara enorme de cerdos! Desde arriba parecían rocas rosadas y marrones, pero los veías retozar en el barro, gruñir y ¡roncar! Menuda panda de dormilones estaban hechos.
¡Demasiado alboroto para unas piedras!
Poco a poco mejoré el vuelo, ya no necesitaba que mi padre me guiase…
Así encontré mis sitios especiales en el bosque y conocí al avestruz Truz. A partir de su llegada, otros muchos animales vinieron a la granja: Colorines la cerdita, los patos Patosos, Avelino el cisne con su novieta Joakina, la oca Mª Sol con sus compañeras, los burros Karmelo y Ramón, Viktor el carnero con sus amigas las ovejas, los conejos, los majestuosos pavos reales y las gallinas con sus polluelos se unieron al grupo… y los que faltaban por venir.
Al llegar al nido cantaba mi aventura, a veces desafinaba pero silbaba con muchas ganas hasta que todos los arrendajos volábamos entre las ramas, bailábamos con el viento, escuchábamos y aprendíamos siempre algo nuevo.
Todos forman ahora una gran familia, con la que yo aprendí muchas cosas…
Ahora Blas el arrendajo es el que silba la canción. Yo me he convertido en melodía y le enseño a mezclar sus aventuras con las mías para que nunca se olvide lo que hemos aprendido. Él canta sobre nuevos grupos que visitan la Granja Escuela y me gusta como silba la canción de la vida; del origen de los productos que consumimos, de naturaleza viva y mucho más…
Si nos escuchas cantar, cierra los ojos, atiende, concéntrate y baila con nosotros en la magia de la Granja Escuela Xuberoa.
Cántanos lo que has aprendido hoy……….
¡Hasta pronto! y que vueles bien.